afueradentro es un newsletter para quienes buscan bienestar y autoconocimiento pero son alérgicos al discurso de autoayuda.
Este no será un espacio para consumir felicidad prefabricada, ni para comerciar con promesas de abundancia o superación. Para eso están Instagram y los horóscopos.
Aquí voy a escribir sobre lo que a mí me ayuda a sentir y conocerme mejor. Así de simple. A veces me detendré en una canción, en un libro, en una conversación con alguien que admiro, en un meme, en un ejercicio de respiración, en la etimología de una palabra… Lo que sea que me resulte una señal en medio de tanto ruido.
Nos están gritando todo el tiempo –haz esto, desea aquello, compite aquí, aprovecha allá– y cada vez escasean más los momentos en los que simplemente somos-sin-hacer. Nuestra atención está sitiada y parece que siempre falta algo, que la insatisfacción es el motor del mundo.
Llevo casi una década intentando balancear esa presión que nos quiere reducir a consumidores y productos. Pero lo he hecho solo y me hace falta compartirlo con otras personas. Volverlo conversación. Espero que afueradentro sea eso, una manera de encontrarnos y reconocernos.
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¿Quién soy?
Me llamo Jorge Caraballo. Soy lector y periodista.
Viví por muchos años con la ansiedad por el techo porque no sabía que ese malestar tenía nombre. Y solo eso –nombrarlo, ponerlo en coordenadas que otra persona pudiera reconocer– me quitó un peso de encima. Desde entonces, empecé un proceso para amistarme con la impaciencia, con las ganas obsesivas de anticiparme a todo, de controlarlo todo.
Ahí vamos con eso. Unos días bien, otros jodido. Pero hay cosas que me han ayudado a transformar algunos de esos patrones mentales que se consolidan a fuerza de repetición. La más importante ha sido permitirme sentir. Parece insignificante, pero es que hasta hace unos años me espantaba algo tan natural. Si no era capaz de verbalizar una sensación, huía de ella. Pero empecé a hacer yoga, a explorar el cuerpo, a intentar suspender el tren de pensamientos entre una inhalación y otra. Empecé a cuidar plantas, a cuidar gatos, a jugar con niños. Descubrí la terapia con psicodélicos. Leo y leo y leo, sobre psicología, sobre mitología, sobre esos arquetipos que operan en el inconsciente y que proyectan su energía en lo que llamamos realidad. Empecé a hablar de salud mental con mi pareja, con mis amigos. Y así, paulatinamente, la atención que antes dirigía exclusivamente a mi mente ansiosa –esa zancadilla incansable al presente– fue repartiéndose a otras sensaciones y experiencias.
No voy a romantizar la ansiedad. Es terrible y es la sombra diaria de muchas personas. Pero para mí ha sido –sigue siendo– un llamado a conocerme. De esa herida ha emanado dolor, sí, pero también el conocimiento que necesito para aliviarlo.
Quienes la hemos padecido sabemos que, probablemente, vamos a encontrarnos con ella una y otra vez a lo largo de nuestra vida. Y también sabemos que una de las cosas que más ayuda es poder levantar la mano y decir: “Yo vivo con esto”.
afueradentro es mi manera de levantar la mano y, a la vez, de conectarme con quienes también buscan atravesar este mundo ansioso sin condescendencia ni clichés. No tengo respuestas, pero sí hay preguntas y mucho ahí afuera para detenernos y aprender.
Frecuencia
afueradentro no tendrá una frecuencia regular. Al menos no en sus inicios. Tengo una bebé, una pareja, un trabajo tiempo completo, una lista larga de podcasts descargados y una pila de libros por leer. Pero este correo empieza a escribirse precisamente desde esas ocupaciones. Lo que te mande por acá será una consecuencia de todos esos descubrimientos cotidianos y significativos que ocurren cuando prestamos atención.
¿Por qué ‘afueradentro’?
El presente es circular. Lo que es afuera es adentro, lo que es adentro es afuera. Cuidar un jardín es cuidar el espíritu; nuestros estados mentales le dan contorno al mundo que caminamos. Ser conscientes de ese afueradentro nos quita protagonismo como individuos y nos permite reposar, así sea por un momento, en todo lo que es y no controlamos.
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