Cansancio y fantasía
Si la fuerza no está conmigo, la imagino contra mí + Tres recomendaciones (música, ejercicios de escucha y un libro para mortales).
Estoy cansado. Exhausto. Nada impredecible: es la condición de la paternidad, de querer estar cerca de nuestros tres hijos y, también, llevar una vida plena por fuera de ese rol. Ya reconozco a otros que están en lo mismo, la paradoja de sentirse dichosos y exprimidos –ojos brillantes y ojeras como hamacas–, ese don misterioso de responsabilizarnos por el cuidado y la nutrición de otra vida y, al mismo tiempo, de andar en las nubes, afanados, anhelando esas islas milagrosas de tiempo para hacer algo diferente a criar.
El libro que estoy escribiendo con mi amigo Andrei (y por el que este newsletter anda intermitente) es sobre una técnica de descanso yogui, un protocolo de veinte minutos que ayuda a limpiar el cuerpo energético y a recargarse a través de ejercicios simples de respiración y visualización. Yo sé, es un sinsentido, estoy exhausto escribiendo sobre descanso. Pero mi situación es ventajosa: irónicamente, experimentar el cansancio me hace un experto en el tema, y dedicarle tanta atención me ha servido para identificarlo en los rasgos y comportamientos más inesperados.
La mayoría de personas terminan desahogándose cuando les cuento lo que estoy escribiendo. “¿Quiere saber qué es estar cansado?", parecen decirme, “llegó donde es”. Una amiga a punto de tener su tercer hijo en menos de cinco años está completamente drenada y eso se ha manifestado en inseguridad, irritabilidad, un miedo irracional y la desconfianza en sus propios recursos para responder a lo que le ocurre. Un empresario me contó cómo cuando estaba más exhausto se volvía más controlador, más agresivo en los negocios, y aunque eso le servía para aumentar ventas y escalar en la compañía, llegó un punto en el que se fundió y se dio cuenta de que estaba solo –literalmente– y de que ya no le quedaba una pizca de deseo de hacer cualquier cosa. Ayer en la tarde hablé con una profesora que está tan cansada que no puede dormir; anoche con alguien que tiene una tensión profunda, más que muscular, una contracción que no se alivia, como si tuviera engarrotada el alma. De maneras extrañas, la fatiga atrofia los mecanismos naturales para equilibrarnos, como el sueño, el ocio, la contemplación, la sensualidad.
Antes de empezar a estudiar sobre esto, creía que el cansancio era uno, y que bastaban ocho horas de sueño o una semana de vacaciones para recuperarse. Y no, es más complejo. A veces el cansancio es físico, y ese se alivia relativamente fácil, pero cuando involucra lo mental o lo emocional, se empieza a enredar la salida. Un trauma de infancia, una relación abusiva, un jefe que maltrata, la incertidumbre financiera, todo eso se alimenta de la energía propia y quita las fuerzas que se necesitan para resolverlo.
En mi caso, me doy cuenta de que estoy cansado cuando empiezo a fantasear. No hablo de la imaginación activa o poética que me ha permitido conectarme de manera viva con otras personas o con otros seres, sino de la fantasía coca, la imagen de humo, ese pensamiento de "esto que estoy viviendo podría ser mejor, debería ser diferente". Cualquier cosa chiquita, cualquier inconveniente mínimo, se me vuelve un mundo. Le dio gripa a la bebé, y me da miedo de que se vuelva una meningitis. No me responden un correo y hago un historial imaginario de la relación a ver si es que la cagué sin darme cuenta. Desconfío de todo. Me cuesta decidir. Y no, no es un “defecto de carácter”, es que estoy rendido y sigo haciendo y planeando con la esperanza de que el cansancio pase solo. Fantaseo para escapar al agobio. Como ya no siento que la fuerza está conmigo, la imagino contra mí.
Afortunadamente, no solamente estoy escribiendo el libro: también lo practico y trato de priorizar el descanso. El prana nidra –así se llama la práctica– de verdad ayuda. Si no fuera por eso estaría fundido.
Escribo esto porque intuyo que es una experiencia más común de lo que creemos, y a veces el cansancio se camufla tan bien que nos enfocamos en sus síntomas y no en su raíz. Quiero saber cómo se expresa el cansancio en ustedes. Justo estoy escribiendo la sección de testimonios del libro, y me serviría escuchar o leer cómo lo viven y qué les sirve para rebalancear. Me pueden responder este correo: leo y respondo todo lo que llega.
Si quieren probar el prana nidra, háganme señas por acá y les comparto el audio que grabamos en el estudio para guiar la relajación. Lo único que espero a cambio es feedback voluntario. Ojalá les ayude a descansar mejor.
Episodio de esta semana
Esta semana entrevisté a Pío Vucetich, terapeuta y chamán con casi cuarenta años de experiencia con ayahuasca. Es la persona que me ha acompañado en mis procesos terapéuticos con esa planta. El episodio rompe el formato tradicional de afueradentro, y creo que quedó bello.
Gracias por leer y por escuchar afueradentro. Este newsletter se sostiene exclusivamente por quienes lo leen. Si te resulta valioso y en este momento puedes sumarte a una suscripción paga, me ayudas un montón a dedicarle más tiempo y energía a escribir y sostener este espacio. Si ahora no puedes, ayúdame compartiendo afueradentro con más personas. ¡Gracias!
Tres recomendaciones
Música
Llegué una década después a esta joya, el Essential Mix de Nicolas Jaar en BBC. Lo llevo escuchando en repeat desde hace un mes. ¿Cómo pueden estar juntos Beyoncé, Keith Jarret, Jonny Greenwood, NSYNC y cantos rituales pigmeos? Pura belleza.
Ejercicios de escucha
Una de mis obsesiones es explorar cómo escuchar mejor, cómo entrenar el oído (más allá de lo auditivo) para conectar de maneras nuevas con el mundo. Esta página ofrece 365 ejercicios o partituras de “Deep Listening”. Me sirve para hacer de la escucha un experimento cotidiano, para jugar con el sonido y la imaginación.
Libro - Four Thousand Weeks: Time Management for Mortals
Una fuente de agotamiento es la relación distorsionada que tenemos con el tiempo: “nos falta”, “corremos contra él”, “se nos escapa”, “lo perdemos”. Este libro, que abrí de milagro, me ha ayudado a considerar otras formas de vivirlo. Es una mezcla extraña entre estoicismo, time management, filosofía y espiritualidad. Es largo… creo que basta con leer la tercera parte o la mitad para captar la esencia. Pero muy muy recomendado.
Gracias por leer hasta acá. Quedo pendiente de sus respuestas o comentarios. No saben cuánto agradezco saber cómo aterrizan estos correos en ustedes.
Abrazos y hasta pronto
j
Nunca me había puesto a pensar cuales eran las consecuencias de mi cansancio. Sueño excesivo puede ser ? No lo sé. Justamente esta última semana he estado durmiendo algo que para muchos puede ser una dicha pero para mí ha sido un constante castigo de mi mente. He dormido aproximadamente diez u once horas diarias. Así no más. No me abren los ojos cuando quiero despertarme. En este momento no tengo ningún compromiso más allá de buscar trabajo y el compromiso conmigo claro está. Pero creo que ese cansancio viene de la constante culpa y el autocastigo que tengo hacia mi misma. Es horrible. Justamente antes de leer tu texto escribía sobre esto. “Estoy cansada de sentirme culpable”
Culpable si duermo mucho o si por el contrario no lo hago.
Culpable porque me levanté tarde y entonces no medité en las horas que supuestamente se debe hacer.
Culpable porque no estoy siendo lo suficientemente productiva.
Culpable porque empiezo un libro y no lo termino.
Culpable porque duro horas scrolleando y pegada a las redes sociales.
Y nunca me había sentado a pensar que esto puede ser producto del cansancio. Podría creer que sí. Y muchas veces lo que me saca de ahí es anclarme a esas prácticas que me nutren. Escribir, ejercitarme, hacer yoga, respirar, leer.
Gracias por escribir, Jorge 🩵
Wow. Gracias por estas palabras. Las necesitaba leer!